El término ‘Conflict Minerals’ (‘Minerales de Conflicto) se utiliza para describir los tipos de metal que, cuando son vendidos o comercializados, juegan funciones clave alimentando conflictos armados y abusos de derechos humanos. Los minerales principales en debate son columbita-tantalita (coltán, una fuente de tántalo y niobio), casiterita (mineral de estaño), wolframio (mineral de tungsteno), y el oro, y sus derivados. Los primeros tres minerales son conocidos como los 3Ts; cuando el oro es también considerado, son conocidos como los 3TGs.
Estos minerales se encuentran en todos los productos electrónicos que consumimos, así como en productos de joyería, automoción, equipos médicos y otras muchas industrias.
El informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas de enero de 2015, realizado por un Grupo de Expertos sobre la República Democrática del Congo, es un buen ejemplo de documentación que evidencia como estos #ConflictMinerals están alimentando la guerra al este del país.
El informe, por un lado, expone la persistencia del contrabando de minerales en zonas de conflicto. Y, por otro lado, señala como el ejército congoleño y algunos grupos armados participan en el comercio de estos minerales que, muy probablemente, introducen en la cadena internacional de suministro.
El Grupo de investigadores confirmó que contrabandistas (entre ellos muchos oficiales del ejército) dirigen minerales como el coltán blanco, principal mineral objeto de contrabando y producido exclusivamente en el Congo, (RDC) de Goma en Ruanda. Allí el mineral es oscurecido y mezclado con el coltán negro producido en este país vecino. Posteriormente, explica el informe, se introduce en la cadena de suministro con etiquetas de validación de la cadena de distribución de estanque.
Con este procedimiento, la extracción de minerales del este del Congo se introduce en el comercio de minerales para la fabricación de productos como los teléfonos móviles, alimentando de este modo las violaciones de derechos humanos y la guerra en esta región.