Dudas surgidas del MWC16, respuestas #ConflictMinerals
Núria Rius, Sandra Rodriguez y Judit Montenegro
El Mobile World Congress (MWC) deja, un año más, sus apuestas para nuestra mayor y mejor conectividad. Del mismo modo, otro foco ilumina el lado oscuro de sus productos: la procedencia de los minerales necesarios para fabricarlos.
Este año, los #ConflictMinerals han estado presentes en los medios durante el MWC16 y muchos usuarios han planteado dudas y cuestiones en la sección de comentarios de algunos de los artículos publicados. Las reacciones de los lectores revelan que nos preocupa el impacto negativo de nuestro modelo de consumo de productos electrónicos. La información y el debate público son necesarios para formar nuestra opinión y pedir cambios.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que la fabricación y comercialización de los productos electrónicos implica a una larga cadena de actores de todo el mundo. La extracción y compraventa de minerales sucede a miles de kilómetros de casa nuestra y, las fuentes de información más fiables sobre la cuestión son las investigaciones, los informes de Naciones Unidas, los reportajes periodísticos sobre el terreno y el análisis de expertos locales e internacionales.
Cómo algunas de las preguntas de los lectores han quedado sin respuesta, desde la campaña #ConflictMinerals comentamos y tratamos de daros algunas.
No toda la tecnología utiliza minerales procedentes de la R.D. Congo
Argumento leído a los comentarios del diario El País
La dudosa procedencia de los minerales hace necesario exponer la esencia de la problemática. Esta es, por un lado, la explotación y expolio de los recursos naturales y sus efectos a los países de origen; y, por otro lado, las consecuencias de la minería a países donde la extracción de recursos naturales es controlada por grupos armados y donde se financian conflictos, perpetuando la vulneración de derechos humanos a países como la R.D. Congo.
Teniendo en cuenta estos aspectos, justo es decir que minerales como el famoso coltán (elemento que contiene el tántalo, clave para la fabricación de productos tecnológicos) son recursos extraídos a diferentes países.
A pesar de que hoy en día los principales exportadores son Brasil, Canadá y Australia, es cierto que el foco de las campañas de denuncia de la sociedad civil se centra a la R.D. Congo. Esto es por dos motivos: el país dispone del 80% de las reservas mundiales conocidas de coltán y diversos informes de Naciones Unidas y expertos internacionales han revelado que su extracción y comercialización al este del país contribuye a la financiación de los varios grupos armados en guerra y se produce en condiciones de vulneración de los derechos humanos.
Aunque la R.D. Congo no se encuentre a la lista de los principales exportadores, el vínculo entre la extracción y exportación del coltán en este país y su uso por parte de empresas tecnológicas ha sido demostrado en muchas ocasiones. Sucede en este país, el cual posiblemente se convierta en principal exportador de coltán cuando el recurso sea escaso en los principales países exportadores actuales (debido a sus reservas), y sucede en Colombia, Perú, Venezuela o en la zona amazónica del Brasil, donde las minas son controladas por el narcotráfico.
De modo que, mientras exista esta conexión entre la extracción de este recurso explotado por países de occidente y la financiación de conflictos, vulneraciones de derechos humanos, contaminación y muchos más efectos negativos a los países de origen, la problemática de los #ConflictMinerals será real y la necesidad de denunciarla, también.
Vaya, pensé que esto ya estaba resuelto, gracias a la diligencia de la ONU, vigilando los llamados “minerales conflictivos”, y de multinacionales como Apple, vigilando su cadena de proveedores para asegurar que no entra el coltán de una zona en conflicto en ella http://cort.as/31U9
Argumento leído a los comentarios del diario El País
A pesar de que ya existe la Guía de la Diligencia Debida de la OCDE, son muy pocas las empresas que siguen estas recomendaciones voluntarias.
Con la ley americana Dodd-Frank, han empezado a haber efectos positivos para romper el vínculo con los #ConflictMinerals sobre el terreno.
Esta normativa obliga a las empresas a hacer un proceso de debida de diligencia a toda la cadena de suministro de las empresas americanas que declaren que su producto contiene minerales procedentes de la R.D. Congo o países vecinos (otros países del mundo como Colombia, Brasil o Perú quedan al margen de esta ley). Desde su entrada en vigor, varios actores públicos y privados, han impulsado procesos de “certificación” a las minas y de etiquetado de minerales.
En la R.D. Congo, de momento, hay unas 130 minas certificadas como verdes; es a decir, son minas donde la extracción se hace de acuerdo con normas de respecto de los derechos humanos, derechos laborales, y sin presencia de grupos armados. No son muchas, pues solamente en la provincia del Kivu Sur existen 925 lugares mineros artesanales. Aun así, que existan estas 130 en el país ha estado gracias a la ley americana. Estos muy pequeños adelantos, por otro lado, podrían verse incrementados y siendo más efectivos si a todas las empresas siguieran este proceso. El Informe “Digging for transparency” realizado por Amnistía Internacional y Global Witness de 2015 concluyó que casi el 80% de la empresas públicas norteamericanas incumplen los requisitos de la ley sobre los #ConflictMinerals.
Al otro lado del Atlántico, en Europa, según informes de United Nations Comtrade, se cuenta con el 25% de importación mundial de los minerales 3TGs. Pero a la Unión Europea todavía no existe una ley sobre los #ConflictMinerals; actualmente, está siendo negociada entre el Parlamento Europeo, la Comisión Europea y el consejo de la UE. Es esencial que se cree una legislación que obligue a toda la cadena de suministro a realizar un procedimiento de debida de diligencia para conseguir, efectivamente, un comercio libre de #ConflictMinerals.
«Nos quejamos y lo denunciamos… pero tenemos smartphone?»
Todos los que utilizamos una herramienta digital tenemos la culpa. No hace falta que señalamos a nadie. Nosotros tenemos la fuerza y, en ninguna parte de ejercerla, hacemos cola para cambiar de móvil/tablet/ordenador/smartwatch o el que haga falta cada año. Somos todos unos hipócritas. Mientras haya demanda habrá guerras en el Congo. Los sponsors? Todos nosotros.
Argumento leído a los comentarios de el Diari Ara
¿Desde dónde has mandado este mensaje: móvil, prtátil, PC, tablet, raspberry?. Te puedo asegurar que incluye condensadores de tántalo, fabricados a partir del coltán.
Comentario leído en eldiario.es
Nosotros, como consumidores y consumidoras, tenemos que tener en cuenta que tenemos poder para pedir una responsabilidad social a las empresas que participan en esta vinculación entre tecnología y violaciones de derechos humanos en la extracción de recursos naturales. Pero esto no significa que tengamos que renunciar en la tecnología. Tenemos en nuestras manos el poder de realizar un consumo responsable y, además, ejercer presión como consumidores finales de productos tecnológicos y como ciudadanos, de cara a nuestros gobiernos e instituciones, para la que se cree una regulación que obligue a las empresas a realizar estos esfuerzos de aplicación de una debida diligencia.
En la actualidad, los europeos tenemos la oportunidad de hacer sentir nuestra voz en el debate a las instituciones europeas sobre la regulación para romper el vínculo entre violencia y minerales. Lo podemos hacer firmando la campaña de firmas para pedir a las instituciones europeas una ley obligatoria de debida de diligencia para las empresas de toda la cadena de suministro de minerales y haciendo difusión de este espacio web y campaña #ConflictMinerals.
“Tan culpables son los smartphones del uso del Tántalo (coltán), como los armarios de madera de la deforestación de los bosques tropicales. ¿No podrían cambiar un poco la cantinela y titular «Coltán: la doble condena del mineral congoleño de los electroencefalógrafos»?.”
Argumento leído a los comentarios del diario El País
El informe Planeta Vive 2010 ya denunciaba que la humanidad estaba utilizando los recursos naturales un 50% más rápido que el que la Tierra puede renovar. Ante esto, es evidente que como sociedad hace falta que nos concienciamos, sensibilizamos y hablamos de la explotación de todos y cada uno de los recursos naturales: la madera y la deforestación, el petróleo y el fracking, la extracción de minerales y la contaminación, entre muchos otros. Evidentemente, es necesario romper el vínculo de nuestro modelo de vida con el expolio y todos los problemas y conflictos generados de la explotación de los recursos naturales. Aún así, señalar un caso concreto e investigarlo (como puede ser el caso de los #ConflictMinerals) no es contraproducente para la lucha de acabar con estas dinámicas. Y sí, hay que poner la cobertura de cada caso en el complejo contexto de la explotación de los recursos naturales y sus métodos.