Normativas Descafeinadas
El Parlamento Europeo, después de tres años de negociación y gracias a las presiones de de la sociedad civil, votó el pasado 16 de marzo la aprobación del Reglamento por el que se establecen obligaciones en materia de diligencia debida en la cadena de suministro por lo que respecta a los importadores de la Unión de estaño, tantalio y wolframio, sus minerales y oro originarios de zonas de conflicto o de alto riesgo.
Esta regulación es insuficiente.
Se establece la obligación de observar mecanismos para la identificación y reducción de riesgos en la cadena de suministro, la diligencia debida, pero sólo para las empresas activas en la cadena de suministro que va desde la mina hasta las refinerías donde se funde el material. El Reglamento de la UE afecta a una pequeña parte de las empresas de esta cadena de suministro. Contrariamente a la propuesta inicial del Parlamento Europeo de mayo de 2015, más ambiciosa, el Reglamento sólo se aplicará a las empresas que importen minerales en bruto, en forma de tipos y metales. Las empresas que introduzcan estos mismos minerales en la UE dentro de partes o productos acabados no tendrán que rendir cuentas.
Para el resto de empresas de la cadena de suministro no hay ninguna obligación de demostrar respeto a la diligencia debida.
Por otro lado, el Consejo de la Unión Europea se ha negado a aplicar simultáneamente el Reglamento y las medidas de acompañamiento (de carácter diplomático y de cooperación) que tienen que ayudar a los países del Sur a adoptar medidas para garantizar condiciones de respecto a los derechos humanos en las zonas de extracción minera.
Dos años después de que finalice el periodo de aplicación del Reglamento, fijado en 3 años, se hará una revisión del éxito y los efectos que ha tenido esta regulación. Si los resultados de esta evaluación no muestran efectos positivos, el Reglamento será suprimido.
La norma aprobada es un paso hacia la erradicación de los #ConflictMinerals, pero insuficiente. Se trata de una regulación que queda, pues, descafeinada por unos intereses que no son los de la población que sufren las violaciones de los derechos humanos y la violencia armada.