La innovación todavía pasa por las minas de la RDC
La producción y la venta de vehículos eléctricos como producto ecológico y sostenible está en aumento. Recientemente los países europeos han establecido las fechas límite en las que todos los vehículos a la venta deberán ser eléctricos. Francia, Inglaterra y España han fijado la fecha en 2040, Escocia el 2038. Esto supone que dentro de 20 años las gasolineras de estos países se habrán reconvertido en puntos de recarga de vehículos eléctricos.
Los vehículos eléctricos funcionan, al igual que el resto de aparatos electrónicos, con baterías. Estas baterías ahora utilizadas en los vehículos tienen los mismos componentes que las baterías de los móviles, aunque al ser más potentes utilizan más material. El gran aumento de demanda del sector de la automoción y, en consecuencia, de componentes para fabricar las baterías, producirá que la demanda de minerales de conflicto se cuadruplique el año 2026.
Ya en el año 2017, con el auge de la producción de baterías para producir energía renovable, la demanda de coltan se dobló. A esto se añade la modificación del Código Minero congoleño que fomenta la desprotección de los mineros que trabajan en las minas artesanales y clasifica el coltan y el cobalto como minerales estratégicos. Esta nueva clasificación ha permitido aumentar los impuestos sobre estos productos, que se queda el Estado, pero esto no está derivando en un control y una regulación de su extracción. Como se preveía, este aumento de los impuestos puede estar yendo ligado de un aumento de la corrupción.
Según las instituciones, el 20% del cobalto exportado de la RDC proviene de la minería artesanal. Los números reales son mucho más elevados: las minas artesanales producen cobalto más barato que las minas industriales debido a la desprotección del Código Minero. Además, siendo la RDC la máxima productora de cobalto mundial, este aumento de la demanda ha provocado la aparición de nuevas zonas mineras en toda la región. Así, aunque el cobalto no es considerado un mineral de conflicto, sí es un mineral obtenido en minas donde los derechos humanos son gravemente vulnerados.
Así pues, a pesar de los intentos de innovación y creación de alternativas a las baterías actuales, el futuro de la sostenibilidad ambiental de momento todavía pasa por las minas de la RDC.