ACS y China Three Gorges Corporation obtienen la concesión para la construcción de la presa Inga III en la RDC
Este 19 de octubre se ha revelado la noticia de que la constructora Española ACS y el conglomerado empresarial China Three Gorges Corporation han llegado a un acuerdo con el gobierno de la República Democrática del Congo (RDC) para obtener la concesión de la construcción de la presa Inga III, situada a 50km de la desembocadura del río Congo.
La presa Inga III forma parte de la primera fase de uno de los proyectos más ambiciosos de construcción de presas hidroeléctricas –el Grand Inga– que, con un presupuesto de 80.000 millones de dólares (1) contempla la construcción de 3 presas (Inga I, Inga II, Inga III) y una represa (Súper Inga) que, al finalizarse, doblaría la capacidad de producción de energía de la presa más grande del mundo: la Three Gorges, situada en el río del Yangtsé (en China).
Este proyecto, que se desarrollará en la RDC, tendrá múltiples implicaciones para los diferentes ámbitos del país y su sociedad.En la esfera económica, en la RDC actualmente sólo un 9% de la población tiene acceso a la energía eléctrica, dejando alrededor de 61.400.000 de sus habitantes sin este recurso básico (2). De la misma manera, y de acuerdo con las estimaciones de la CIA, la RDC exporta un 98.7% de la energía total producida en plantas hidroeléctricas (3). En el caso concreto de la presa Inga III, se calcula que producirá unos 4.800 MW, de los cuales 2.500 MW serán comprados por Suráfrica y buena parte del resto se destinará a los grupos mineros de Katanga –al sureste del país-. Así pues –y de la misma manera que ocurre con los minerales 3TG- pese a la riqueza de recursos que se encuentran en su territorio, el pueblo congoleño no se beneficiará de ellos.
Por otro lado, el impacto social del proyecto del Inga III no es desdeñable. Sólo para la construcción de esa presa, se calcula que más de 10.000 personas serán forzadas a desplazarse –abandonando sus hogares- y muchas más se verán afectadas económicamente (4).
El impacto de las construcciones de grandes presas hidroeléctricas sobre los ríos en que se construyen es devastador.
A nivel medioambiental, la construcción de presas de la escala que se propone en el proyecto Grand Inga supone un impacto considerable sobre la vegetación, siendo una de las causas directas de desforestación. Además, la vegetación que queda sumergida tras la construcción de la presa libera metano (CH4), hecho que contribuye al cambio climático. Por último -y quizá el más evidente- el impacto de las construcciones de grandes presas hidroeléctricas sobre los ríos en que se construyen es devastador, afectando al equilibro del ecosistema y provocando grandes variaciones en el cabal del río y la reducción de la población o desaparición de numerosas especies. A esto cabe añadir que –tal y como denunció la organización International Rivers en 2016- el proyecto de Inga III aún no cuenta con un informe de impacto medioambiental y social (5).
Por último, el proyecto Inga III no escapa de lo que es una dinámica cronificada en la RDC: la corrupción. De acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción que elabora Transparency Agency, la RDC se encuentra en el puesto 161 de 180 (siendo la posición 180 la que ocupa el país que se percibe como el más corrupto del mundo) (6). Así pues, según un informe publicado por International Rivers, la minera australiana BHP Billiton pagó una cuantiosa suma de dinero al gobierno congoleño para ser la ganadora del contrato de construcción de la presa y a su vez, derivar 2.000MW de la energía producida por la presa a una fundición de aluminio que planeaba construir al suroeste del país -en la región del Bas Congo- pero que canceló en 2012 (7).
El gobierno español ha mostrado una posición muy favorable a este megaproyecto. Tras el proceso de pacificación de la RDC, diferentes empresas y consorcios españoles han podido llegar a suelo congoleño y el gobierno español ha creado estrategias conjuntas con la RDC para promover el desarrollo en ese país. Sin embargo, muchas trasnacionales presentes sobre el terreno no han cumplido los requerimientos de impacto medioambiental y social instituidos para gestionar cualquier procedimiento en territorio congoleño por lo que el “desarrollo” que sus proyectos conlleven queda en entredicho.
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NOTAS
1. La organización International Rivers señala que un estudio de la Universidad de Oxford calcula que, de media y entre los años 1934 y 2007, las construcciones de grandes presas hidroeléctricas han supuesto un sobrecoste del 96% de su presupuesto inicial. www.sciencedirect.com
2. Datos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo (USAID). www.usaid.gov
3. CIA Factbook 2018. www.cia.gov
4. www.internationalrivers.org
5. www.internationalrivers.org