De la inteligencia al sinsentido: el impacto mundial de 10 años de teléfonos inteligentes
Greenpeace ha elaborado el informe “From smart to senseless: the global impact of 10 years of smartphones” sobre los 10 años de impacto global de los teléfonos inteligentes, en el que, desde la perspectiva de la sostenibilidad, analiza la situación actual y define retos.
Desde hace 10 años la tecnología ha cambiado la vida de las personas y cada vez tiene más protagonismo y funcionalidad en su día a día. Esto lleva a un crecimiento importante de la producción de teléfonos móviles, llegando a 7 mil millones. Esta producción tiene impactos ambientales y humanos negativos, que hacen que sea una necesidad cambiar hacia un nuevo modelo de negocio más sostenible.
Hay una parte de los compradores que adquieren el teléfono móvil por primera vez, pero el 78% de los compradores lo hacen para mejorar las funciones de su móvil, basándose así el negocio actual en la sustitución de los dispositivos con un promedio de menos de dos años.
Impactos ambientales
60 de los elementos necesarios para producir aparatos electrónicos proceden de operaciones mineras, donde hay un riesgo elevado para los propios mineros. Abastecer a la industria a este ritmo perjudica a la Tierra y provoca el agotamiento de algunos de estos elementos.
Además, no hay facilidades para reciclar el material y la producción de aparatos móviles consume mucha energía y emite CO2, perjudicial para el planeta, sobre todo en Asia. Apple es el único fabricante que se ha comprometido a hacer una cadena de suministro renovable.
Este proceso no es muy inteligente; hay investigadores de la universidad British Columbia de Canadá que han encontrado maneras de conseguir cobre a través de los llamados e-waste (desechos electrónicos).
Impactos humanos
Los impactos humanos que se producen en el proceso de la fabricación de aparatos electrónicos son muchos y negativos. En la República Democrática del Congo las condiciones de las minas de extracción son muy graves: hay informes que denuncian que los mineros artesanos de cobalto cavan en el subsuelo sin mapas o equipos de seguridad y se enfrentan a riesgo de asfixia o de quedarse atrapados. Por otra parte, en Corea del Sur las personas que trabajan en la producción se ven afectadas por los químicos peligrosos que se utilizan y a largo plazo les causa cánceres y otras enfermedades relacionadas.
De estas consecuencias, a pesar de la gravedad, no se conocen cifras concretas: no hay servicios sanitarios mínimos en la República Democrática del Congo que puedan contabilizarlo y los síntomas que sufren los trabajadores de Corea del Sur salen a posteriori de la exposición.
Nuevo Modelo Circular
Los consumidores cada vez se muestran más preocupados ante los impactos negativos que está teniendo el modelo actual y quieren productos más sostenibles y duraderos.
Se apuesta por una producción circular basada en alargar la vida útil de los aparatos, reutilizar sus componentes y partes y reprocesar el resto de materiales para la fabricación de nuevos. Además, hay que diseñar teléfonos móviles que sean más sencillos para poder reparar sus partes y eliminar los químicos peligrosos de sus composiciones. Las marcas deberían exigir a los proveedores que notifiquen las emisiones de los gases de efecto invernadero que se producen y establezcan como objetivo consumir energía renovable, tanto en las oficinas como en la cadena de suministro.
Así pues, el reto es cambiar a un modelo de producción más lento, limpio y con un ciclo cerrado, impulsado por la energía renovable.