“Están expulsando a la población local y no les importa”
Los #ConflictMinerals no se sitúan solo en las regiones más empobrecidas del mundo, sino que afectan a todos, indiscriminadamente. En este caso se trata del carbón, que está desplazando a cientos de personas en Australia y además está perjudicando el medioambiente de la zona.
La región de Nueva Gales del Sur tiene una gran tradición de agricultura y de cultivo que ha estado presente casi desde sus inicios. Ahora, la región se está transformando en una zona que ha cambiado los campos por minas de carbón, haciendo de Australia uno de los países exportadores número uno de este material. Se trata de minas cuya explotación exige el desplazamiento de la población de la zona, como la señora Wendy Bowman, una mujer de 83 años que ha mantenido la guerra contra varias corporaciones de la industria del carbón desde hace años.
Wendy Bowman es de las pocas residentes de Camberwell, un pueblo que ha pasado de estar rodeado de campos a estarlo de minas de carbón, entre las que se encuentra la mina explotada por la empresa china Yancoal. Esta empresa ha conseguido la mayoría del terreno para su explotación mediante la oferta de grandes sumas de dinero a los habitantes de la zona para poderlos desplazar de su pueblo de nacimiento hacia las áreas urbanas y así poder agujerear las tierras. Sin embargo, con la señora Bowman la empresa ha dado en hueso: hace siete años, cuando se iniciaron las negociaciones con la población para comprar sus terrenos, ella dijo basta, rehusó ofertas de millones de dólares y plantó cara a las explotadoras, contra las que hace años que está en juicio.
Hace más de 30 años que las compañías descubrieron grandes cantidades de carbón en la zona y desde entonces no han parado de comprar y comprar terrenos. Ahora, el polvo de las minas cubre las casas de alrededor y los animales y plantaciones se ven afectados por la actividad minera perjudicial para todo ser vivo.
Las minas de carbón suelen estar descubiertas, son más baratas y más contaminantes, ya que desprenden más polvo y residuos que las soterradas y además se debe taladrar más y más agresivamente. De hecho, Wendy explica a «The Guardian» que bien pronto por la mañana, «se puede apreciar una niebla de polvo marrón que se queda estancada en el valle, subiendo y bajando», y afecta a la totalidad de las 190 hectáreas de su finca situada a 200 km al norte de Sydney.
La postura y la lucha de esta mujer han hecho de ella una firme activista, y este activismo la ha llevado a ganar el premio Goldman 2017, considerado el «Nobel Verde», que se otorga anualmente a seis personas de cada área geográfica del planeta como reconocimiento por tareas como la que Bowman lleva a cabo.
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http://www.theherald.com.au/story/4614818/wendy-bowman-wins-global-award/#slide=2