Los #ConflictMinerals, ahora en Myanmar
Los #ConflictMinerals vuelven a ser portada, pero esta vez no se trata ni de África ni del Ecuador sino de la república de Myanmar, antiguamente conocida como Birmania. El país se encuentra en fase de expansión y uno de sus pilares es la minería, que actualmente cuenta con unas infraestructuras obsoletas por el nivel de crecimiento de su economía. La nueva ruta económica y la retirada de sanciones de los EE.UU. ha permitido que el país se abra a la inversión extranjera y por lo tanto, que la explotación de minas crezca.
Amnistía Internacional ha presentado un informe en el cual se explica la situación que sufren los indígenas del noroeste del país, a menos de 200 km de la antigua capital, Mandalay. Actualmente la compañía china «Wanbao Mining» está llevando a cabo, con el visto bueno del gobierno del país, la explotación de las minas de Monywa.
En el momento de la ampliación del territorio de extracción, mucha parte coincidía con terrenos de labradores locales; el gobierno, en contra de la voluntad de la población y con muchos intereses ocultos, forzó los pueblos a migrar o simplemente permitió que se empezara a excavar en los terrenos de los campesinos, sacándoles su principal fuente de ingresos.
Además, la poca legislación existente ha permitido a las compañías iniciar la extracción de los minerales haciendo caso omiso al posible impacto al medio ambiente que sus actividades genera. Las poblaciones de alrededor de la mina han denunciado que sufren problemas respiratorios, en los ojos y en la piel debido a materiales como el ácido sulfúrico, muy contaminantes pero necesarios para llevar a cabo la actividad.
La falta de medidas medioambientales ha derivado en el vertido de materiales peligrosos en las aguas subterráneas y en los ríos, además de provocar daños a la flora y fauna por la extracción del metal. Los nativos han tenido que trabajar manualmente en la limpieza de la zona después del paso de la actividad minera.
Aun así, el gobierno ha mostrado una actitud pasiva ante el perjuicio que causan estas empresas a la población local. Incluso ha ido más allá, castigando los ciudadanos que no aceptan esta situación con su detención y promulgando nuevas leyes que la legitiman. Ejemplo de esto fue la protesta pacífica de los campesinos, en 2014, ante la entrada de la mina. En consecuencia, fueron detenidos, reprimidos y apaleados.
Justicia i Pau, en su tarea de promoción y difusión del respecto a los derechos humanos, pone el foco de atención y la alarma, en este caso, en el impacto que tiene la extracción de minerales por parte de las grandes empresas en el medio ambiente y en las condiciones de vida de la población de Myanmar.